Los niños son muy lúdicos por lo tanto el juego es una herramienta de la que podemos echar
mano para estimular y motivar el
desarrollo del lenguaje de nuestros
hijos. Por
eso, si deseas estimular su lenguaje, hazlo de manera divertida. Comparto con
ustedes algunas pautas y juegos
divertidos que pueden trabajar con sus peques.
Un buen ejercicio para que el
pequeño aprenda a discriminar los sonidos y los relacione con el
lenguaje es hacer de traductor de sonidos. Para ello, el adulto debe traducir
con la palabra correspondiente los sonidos y ruidos cotidianos que se producen
de forma habitual, como el timbre de la puerta, la lavadora o el teléfono.
También se pueden utilizar los de la calle: una sirena, pitidos, un perro o
coches. Y los de la naturaleza: un pájaro, el
viento, la lluvia, etc.
- ¿Dónde estoy?
Con este juego se puede enseñar
a los más pequeños a localizar el origen del sonido. El adulto se puede
ocultar en distintas partes de la casa y emitir un sonido desde su escondite.
También se puede hacer esta actividad con la ayuda de un juguete sonoro.
- ¡Saca la lengua!
Una buena idea para trabajar la
motricidad labio lingual es decirle al pequeño que su cara es una casita,
en la que los ojos son ventanas, la nariz el timbre, la boca la puerta y la
lengua un amigo que está dentro de ella.
Este juego permite entrenar los
movimientos. Para ello, hay que pedir al niño que llame al timbre, abra la
puerta y que deje salir (y volver a entrar después) a su amigo para dar un
paseo.
- Vamos a soplar
Para aprender a articular
bien las palabras, el niño debe ejercitar la respiración y también aprender
a acompasar el ritmo de la misma. Un buen ejercicio para ello es jugar a hinchar
globos.
Otra propuesta es colocar
pequeñas bolitas de papel o de algodón sobre una superficie lisa y soplar
sobre ellas para lograr que lleguen las primeras a la meta.
- La orquesta
Este juego permite relacionar
el lenguaje gestual con el oral a través de los sonidos. En este caso, será
la música la que estimule el habla del niño.
El adulto enseña al pequeño los
diferentes sonidos de los instrumentos musicales a la vez que realiza el gesto
que le corresponde (simula que los toca). Así, el tambor será pon, pon, pon,
la trompeta pa, pa, pa y la guitarra ran, ran, ran. El pequeño debe
identificar cada gesto y responder con la onomatopeya correspondiente.
Tres juegos para ampliar y reforzar el vocabulario
del niño
Hay juegos para
ampliar el vocabulario del niño
Cuando el pequeño ya ha aprendido a expresar sus
primeras palabras, se puede estimular y reforzar su vocabulario. Para
ello existen otros juegos útiles, que le permiten, además, entender el
significado.
Estas son algunas propuestas:
- ¿Qué hay ahí?
Un cuento con ilustraciones para niños, una lámina o una
revista servirán para ayudar al pequeño a ampliar el vocabulario. El
juego consiste en contemplar juntos las imágenes y pedirle que señale y enuncie
lo que ve en ellas. Cuando no sepa el nombre de alguna de las cosas que
observa, el adulto debe decirle qué es y hacerle una breve descripción.
- El tren de las palabras
"Llevo un vagón
de... (fruta, animales, colores, etc)". A partir de esta frase el niño
y el adulto empiezan a llenar el tren con palabras de la familia
elegida. El adulto puede incorporar las menos usuales para que el pequeño pueda
participar de forma activa en el juego, a la vez que aprende nuevas palabras.
- Veo, veo
Este clásico juego enseña al
niño a describir cosas y le ayuda a desarrollar vocabulario. El menor (o
el adulto) elige un objeto que esté a la vista y comienza a dar pistas, entre
ellas, su color, la letra por la que empieza o su situación. El turno termina
cuando el otro jugador adivina qué.
Consejos para no frenar el habla del niño
·
Dejarle hablar. No interrumpir al niño cuando
quiere expresarse para corregirle, ni terminar las frases por él para acelerar
la conversación.
·
Aprovechar cualquier ocasión para introducir más
vocabulario, explicarle las palabras nuevas y su significado.
·
Leer con el pequeño cada día y dejarle
participar de forma activa en la lectura. Hay que responder a sus preguntas
sobre ella.
·
No corregirle cuando articule mal una palabra. Es mejor
introducir el término de forma correcta de nuevo en la conversación.
·
Los padres son el principal modelo lingüístico para
el niño. Por eso hay que cuidar el propio vocabulario y evitar utilizar
un lenguaje infantilizado con el pequeño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario